La economía mundial atraviesa la recesión más grave desde la Segunda Guerra Mundial, o incluso desde la década de 1930. Aunque es muy probable que la economía mundial tocase fondo en el segundo trimestre de 2020, la evolución de la recuperación sigue siendo incierta incluso aunque varios indicadores adelantados, en particular los índices de los gestores de compras de las grandes regiones mundiales, se hayan recobrado en parte de manera muy significativa.

 

China destaca favorablemente en cuanto a la recuperación económica. Las amplias contramedidas monetarias y fiscales aplicadas en todo el mundo podrían haber contribuido a ello.

 

No obstante, esto no garantiza que se vaya a alcanzar rápidamente una recuperación económica duradera. El panorama económico ya era delicado incluso antes de que estallara la crisis.

 

Aunque la economía está en vías de mejora, todavía está lejos de haberse recuperado. Sin embargo, resulta evidente que los mercados de capitales están anticipando un restablecimiento especialmente rápido. El S&P 500, que representa al vasto mercado estadounidense, tardó 33 días en llegar a su punto más bajo y tan solo 72 días más en recuperarse, desde ese punto más bajo, de tres cuartas partes de sus pérdidas tras el estallido de la crisis de la COVID-19.

 

En comparación con los mercados bajistas (con una corrección del 30 % o más en el mercado de acciones) de los últimos 75 años, se trata de un tiempo récord. Desde 1946, en los 11 mercados bajistas han sido necesarios años para observar una recuperación similar. Es decir, los mercados de acciones están anticipando una recuperación muy rápida y en forma de V. Sin embargo, esto hace que sean propensos a las decepciones, especialmente sabiendo que hemos entrado en la fase del «baile». Una fase posterior al «confinamiento» general que se adoptó en la lucha contra el virus en la que se prevé reaccionar de forma muy flexible y específica con medidas individuales (locales) a la propagación de focos de contagio, aunque no se puede descartar totalmente que no se produzca una segunda ola.

 

Pero «bailar» no significa moverse siempre en una sola dirección.

 

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Ver Cuadro fondos origen PAM – destino AGI e Inversis

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