Las empresas se desarrollan y llevan a cabo su actividad en un entorno con un ecosistema determinado.

Cualquiera de las actividades que se desarrollan en una empresa, por pequeña que esta sea, tienen algún efecto sobre dicho ecosistema. El que se imprima una hoja, el uso de electricidad para la luz, el uso del baño o simplemente el acceso del personal a la sede de la empresa, conlleva un efecto sobre el medio ambiente.

Los administradores y directivos de las empresas tienen que tener en cuenta que existen leyes y normativas que regulan las actividades de sus empresas con el fin de minimizar los efectos de  estas sobre el medio ambiente. No es cuestión sólo para una gran empresa petroquímica, una importante acería  o  una central térmica, sino que, los negocios más pequeños también tienen leyes sobre medio ambiente que deben de cumplir. Así por ejm toda empresa debe de disponer de una licencia de actividad (o apertura) donde se recoge si le aplican o no medidas correctoras referidas al medio ambiente (medición de ruidos, gestión de residuos peligrosos, mediciones sobre emisiones al aire, etc… ). También debe de gestionar adecuadamente los residuos que genera; tanto los asimilables a urbanos como los residuos peligrosos (pilas, toners, tubos fluorescentes, equipos electrónicos, etc…), y gestionar el uso y almacenamiento de mercancías peligrosas (p. ejm un depósito de gasoil).

Las responsabilidades en estos casos pueden ser de diferente naturaleza, por un lado puede ser sólo una responsabilidad administrativa (recogida en la constitución, ley de régimen jurídico de las administraciones públicas y del procedimiento administrativo común, etc…). También puede ser responsabilidad penal, de acuerdo  a lo descrito en el código penal, y por supuesto de responsabilidad civil. En la mayoría de los casos las sanciones suelen ser bastante más importantes que por ejm  dejar de pagar el IVA o no dar de alta a un trabajador un mes en la seguridad social. Así y todo, muchos empresarios desconocen sus obligaciones desde el punto de vista medio ambiental.

Por otro lado la situación económica de los últimos tiempos no sólo ha afectado a los impuestos y tasas generales, como puede ser el IVA o los impuestos de sociedades, también afectan a impuestos sobre medio ambiente. Por poner un ejemplo la media de la tarifa de consumo de agua en Asturias, principalmente debido al Canon de saneamiento se ha incrementado en los últimos 5 años entorno al 40%. Lo mismo se puede trasladar al consumo de electricidad o al consumo de combustibles. Esto hace que cada vez sea más importante para las empresas el prestar atención a las posibles medidas adoptar para reducir estos costes, y de paso mejorar su impacto ambiental.

Pero no todo tiene que se negativo, hay otra parte que se puede ver como positiva en la responsabilidad de los empresarios sobre el medio ambiente, y es la de aquellas empresas que bien por su actividad principal o por concienciación medio ambiental general un  impacto positivo sobre el ecosistema. Puede ser el caso de empresas que colaboran con entidades de protección al medio ambiente, o aquellas que su actividad va encaminada a generar productos o servicios que ayudan a mejorar el medio ambiente (consultorías ambientales, empresas de I+D encaminadas a nuevas tecnologías o aprovechamiento de los recursos naturales).

En definitiva la relación de las empresas con el entorno, y por ende con el medio ambiente no es sólo una cuestión de moda o de marketing, es una realidad, y cuando primero se dé cuenta el empresario de ello mejor le irá a la empresa en todos los aspectos.

 

Comparte en: