Este año que comienza es un año especial para Fidelitas, cumplimos 75 años de vida, por ello que mejor que empezar recordando las memorias publicas hace algún tiempo de Antolín Velasco Sanz.

Antolín Velasco Sanz, fundador de la Asociación de Asesores Fiscales de España y del Colegio de Economistas de Asturias

J. Morán, La Fresneda (Siero) A punto de cumplir los 90 años, Antolín Luis Velasco Sanz ha sido testigo y parte de la historia empresarial asturiana, particularmente desde que su padre, Antolín Velasco de las Heras, fundara en 1942 la primera asesoría contable y fiscal del Asturias, Fidelitas, a la que su hijo se incorporó en 1946. Antolín hijo había nacido el 26 de enero de 1923 en la ovetense calle de Fray Ceferino. Su padre, perito mercantil y factor de Renfe, había huido de Valladolid y de la política (como secretario del Sindicato Ferroviario), tras ser encarcelado por la huelga de 1914. En Asturias encontró pronto trabajo y se involucró en diversas actividades empresariales, particularmente con la firma Ortiz Sobrinos, de la que descienden los actuales Talleres Zitrón.

Tras las vicisitudes de la guerra, Antolín Velasco Sanz inició en Valladolid la carrera de Medicina, «pero hice el vago, suspendí tres asignaturas y no se me ocurrió otra cosa que falsificar las notas». Tras una severa crisis con su padre, le promete a éste «ganar los dos años perdidos y estudiar a la vez Derecho y Profesor Mercantil». Más tarde se titulará en Bilbao como Intendente Mercantil, y en 1956 se hará cargo, adquiriéndola, de Fidelitas, ya que su padre se emplea en otras ocupaciones.

Aparte del trabajo de asesoría, Antolín Velasco será uno de los impulsores en 1967 de la Asociación Nacional de Asesores Fiscales de España, que se funda en Zaragoza, «para que no interfiriera en Madrid el Colegio de Titulares Mercantiles, del que en principio dependíamos, pero que, sobre todo, agrupaba a los técnicos de la Administración y nos dejaba de lado a los que desarrollábamos la profesión libremente». Fue presidente de dicha asociación desde 1970 a 1975, «y creo que cumplí con una tarea de lanzamiento, porque comenzamos siendo menos de un centenar y hoy la forman decenas de miles de asociados».

Otro de sus objetivos será la creación en 1974 del Colegio de Economistas de Asturias, que hasta entonces era una sección del Colegio de Economistas de Madrid. Antolín Velasco fue su primer presidente, «porque Arturo Tuero Bertrand, que había sido el principal impulsor, se niega a ello; así que salgo yo, pero de rebote». Una vez constituida la primera junta de gobierno, se procede al acto fundacional, al que es invitado como conferenciante el catedrático Jesús Padrós Ararte. Cuando Antolín Velasco se lo comunica al presidente del Consejo Superior de Colegios de Economistas, Rafael Díaz Llanos -«un hombre muy del régimen, militar y con muchos cargos, y amigo de Franco, porque era canario»-, le responde que «si va Ararte, yo no voy, porque ese es rojo, y además no es economista». No obstante, el problema se arregló ya en Oviedo «con una fabada de La Máquina que ambos comieron, y se pusieron como capitanes generales».

El primer objetivo del colegio será crear la Facultad de Económicas de Oviedo, labor en la que «trabajaron los compañeros ligados a la enseñanza, como Ricardo Pedreira o José Luis Marrón Jaquete. Aquel centro universitario nace en 1975 «con grandes carencias, pues no teníamos decano, ni los profesores necesarios, ni local». Sin embargo, «por fin conseguimos que Luis Carlón fuera el primer decano, al que siguieron José Luis García Delgado y Álvaro Cuervo».

Con la llegada del transición se produce también la efervescencia de la creación de asociaciones empresariales, «y Agustín Rodríguez Sahagún lideraba una de ellas; vino a dar una conferencia y después sólo fuimos a cenar con él Pedreira y yo». Era martes, y «el viernes siguiente le nombraron ministro de Industria; ¿cuántos se habrían apuntado a aquella cena de haberlo sabido?». Frustrada la iniciativa de Rodríguez Sahagún, sigue adelante «la gestora de la que después nacería la FADE». La transición es también tiempo de conferenciantes, incluidos los comunistas: «Trajimos a Tamames a dar una conferencia, irrumpieron unos manifestantes y les dio dinero; al día siguiente me llamó el secretario del Gobierno Civil: "Ayer no dormiste en el calabozo de milagro"».

Pese a la crisis actual, Antolín Velasco juzga que «el asturiano es aventurero, como el minero de antes, que se metía al tajo con audacia, y por eso triunfaron tantos empresarios de esta tierra», y dicta ahora sus «Memorias» para LA NUEVA ESPAÑA en esta primera parte y en otras dos que se publicarán mañana, lunes, y el martes. 

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